¡No estas solo!
A veces, la vida nos golpea duro. Los problemas, las decepciones, y hasta nuestras propias inseguridades pueden hacernos sentir aislados, como si estuviéramos solos en esto. Pero quiero decirte algo importante: Dios nunca te abandona.
Su Palabra está llena de promesas que nos recuerdan que, aunque nos sintamos solos, Él siempre está ahí:
“Aunque mi padre y mi madre me dejaran, el Señor me recogerá con todo” (Salmo 27:10).
Y mira, la presencia de Dios no depende de cómo nos sintamos. A veces, nuestras emociones nos dicen una cosa, pero la verdad es que Dios sigue obrando en nuestra vida, incluso en esos momentos en los que parece que no está.
Jesús mismo experimentó lo que es sentirse abandonado. En la cruz, con el peso de nuestro pecado sobre Él, gritó:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mateo 27:46)
Pero, ¿sabes qué? Jesús pasó por eso para que tú y yo nunca tengamos que estar realmente solos. Su sacrificio nos abrió el camino a una relación eterna con Dios. Nada puede separarnos de Su amor:
“Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, ni lo presente, ni lo futuro, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).
Si hoy te sientes solo, te invito a hacer algo: busca a Dios. Háblale en oración, sumérgete en Su Palabra. Él conoce tu corazón y te está esperando con los brazos abiertos.
Y no olvides que también te dio una familia en la fe. La iglesia está aquí para ti. No tengas miedo de acercarte a otros, de pedir ayuda, de dejarte rodear por personas que te aman. No tienes que caminar solo en este viaje.
Dios te dice hoy:
“¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te asustes, porque el Señor tu Dios va contigo; Él nunca te dejará ni te abandonará” (Deuteronomio 31:6).
Ánimo, Dios está contigo. 💙