A Journey to Worship
Un Viaje para Adorar
After Jesus was born in Bethlehem in Judea, during the time of King Herod, Magi from the east came to Jerusalem and asked, “Where is the one who has been born king of the Jews? We saw his star when it rose and have come to worship him.”
Matthew 2:1-2
Sitting in the early hours of the morning, waiting for the sun’s light to break through the darkness, I am reminded of the faithfulness of God. Every day I wake up confident the sun will rise; darkness will not rule the day. Light will come; all I have to do is wait.
Waiting for Light to break forth in darkness is not only something we as humans share in the physical world but is a metaphor used throughout the Bible to share what the arrival of Christ would be to our broken and weary world. “The people walking in darkness have seen a great light; on those living in the land of the shadow of death, a light has dawned…for unto us a child is born.” Isaiah 9:2 & 6
So much waiting from the fall after creation, through the pilgrimage of Abraham and the making of a new nation. From the Exodus to the judges, through the period of the kings into years and years of captivity and subjugation. Darkness seemed to rule the day. But then it happened.
The Messiah came. His entrance into the world was pretty remarkable but after that initial day, the lives of the few people who knew resumed: working, eating, cleaning, sleeping. At least that was what they thought…
Anticipating the arrival of Christ’s Light was happening outside of the people of Israel too. Once Magi from the East saw the star that signaled the prophecy had been fulfilled, they began to caravan over to Bethlehem to worship the new king. What a remarkable twist to the story! Gentiles were watching and wanted to see what they too had been waiting for – the King of the world had finally been born!!
The Magi went to King Herrod, the epicenter of local power, to find him so they could give him gifts and worship him. When he was not there, they kept looking and finally met up with the humble, holy family, presenting their gifts and worshiping Jesus. These educated, wealthy men knew he was more than a baby born to a poor couple. He was the promised One, they had been waiting for, “the true Light that gives light to every man,” who had finally come into the world. John 1:9
Much like the people of Israel, we too are waiting. We no longer wait in darkness because we are living with the Light of Christ in us. Yet, we are waiting for the Light of Christ to break forth once again, to eradicate all darkness, pain and death, and to fully establish His kingdom so all of creation can live at peace. As we wait, we do so by faith, free from worry and fear of darkness. Just like the daily sunrise, we know the Light has come and will come again. We join the Magi of old and all of creation in worship, to the One King, whose kingdom will reign forever and ever.
Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente.—¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo.
Mateo 2:1-2
Estando aquí sentada en las primeras horas de la mañana, esperando que la luz del sol rompa la oscuridad, recuerdo la fidelidad de Dios. Todos los días me despierto confiada en que el sol saldrá; la oscuridad no dominará el día. La luz vendrá; todo lo que tengo que hacer es esperar.
Esperar que la Luz irrumpa en la oscuridad no es solo algo que compartimos como humanos en el mundo físico, sino que es una metáfora que se usa en toda la Biblia para compartir lo que sería la llegada de Cristo a nuestro quebrantado y cansado mundo. “El pueblo que andaba en tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas, la luz ha resplandecido,… porque nos ha nacido un niño.” Isaías 9:2, 6
Tanta espera desde la caída después de la creación, pasando por el peregrinaje de Abraham y la formación de una nueva nación. Desde el Éxodo hasta los jueces, pasando por el período de los reyes en años y años de cautiverio y subyugación. La oscuridad parecía gobernar el día. Pero luego sucedió.
El Mesías vino. Su entrada en el mundo fue bastante notable pero después de ese día inicial, la vida de las pocas personas que sabían de esto se reanudó: trabajando, comiendo, limpiando, durmiendo. Al menos eso era lo que pensaban…
La anticipación de la llegada de la Luz de Cristo también estaba ocurriendo fuera del pueblo de Israel. Una vez que los magos de Oriente vieron la estrella que indicaba que la profecía se había cumplido, comenzaron a viajar en caravana a Belén para adorar al nuevo rey. ¡Qué giro tan notable en la historia! Los gentiles estaban observando y querían ver lo que ellos también habían estado esperando: ¡el Rey del mundo finalmente había nacido!
Los magos fueron al rey Herodes, el epicentro del poder local, para encontrarlo y poder darle regalos y adorarlo. Cuando se dieron cuenta que no estaba allí, siguieron buscando y finalmente se encontraron con la humilde y sagrada familia, presentando sus ofrendas y adorando a Jesús. Estos hombres ricos y educados sabían que él era más que un bebé nacido de una pobre pareja. Él era el Prometido, a quien habían estado esperando, “la luz verdadera que alumbra a todo hombre”, y que finalmente había venido al mundo. Juan 1:9
Al igual que el pueblo de Israel, nosotros también estamos esperando. Ya no esperamos en la oscuridad porque estamos viviendo con la Luz de Cristo en nosotros. Sin embargo, estamos esperando que la Luz de Cristo irrumpa una vez más, para erradicar toda oscuridad, dolor y muerte, y para establecer completamente su reino para que toda la creación pueda vivir en paz. Mientras esperamos, lo hacemos por fe, libres de preocupaciones y miedo a la oscuridad. Al igual que el amanecer diario, sabemos que la Luz ha venido y vendrá de nuevo. Nos unimos a los Magos de antaño y a toda la creación en adoración al Rey Único, cuyo reino reinará por los siglos de los siglos.